La teleasistencia domiciliaria es un servicio cada vez más demandado entre las personas mayores y/o dependientes que desean retrasar su ingreso en una residencia. Debido a su disponibilidad 24 horas al día y 365 días al año, aporta tranquilidad a los familiares que cuentan con este servicio para garantizar que en caso de urgencia la persona será atendida inmediatamente.
El servicio de teleasistencia domiciliaria es una forma de comunicación de personas que viven solas y necesitan cierto tipo de atención ocasional con un equipo especializado que atenderá sus requerimientos especiales.
Los usuarios disponen de un dispositivo (medallón o pulsera) que deben llevar siempre consigo y está conectado a una centralita. En esta centralita, los operadores atienden las llamadas 24 horas al día, 365 días al año. En el caso de que se produzca un accidente o el usuario se encuentre en una situación de riesgo, debe pulsar el botón para comunicarse con los operadores. Éste consulta el historial del usuario y realiza las preguntas necesarias de acuerdo a la situación de emergencia y, tras hacer una valoración del percance, se pondrá en contacto con los servicios médicos, la familia, bomberos o cualquier otro medio necesario para dar la asistencia correspondiente. De esta manera, se garantiza una atención al usuario de forma permanente en su hogar.
La instalación del servicio es muy simple. El usuario necesita contar con una línea de teléfono, a la que se conecta un aparato fijo. A su vez, el usuario recibe un medallón o pulsera, normalmente, con un botón que al pulsarlo le comunicará con la centralita de servicios de la teleasistencia domiciliaria. Este aparato es manos libres y debe tener alcance para toda la casa, de forma que si sucede algún percance en cualquier lugar del domicilio, la persona puede comunicarse rápidamente con los servicios.
En los casos en los que la teleasistencia incluye otros servicios, generalmente cuando el servicio es privado, es posible que sea necesaria la instalación de sensores en la cocina o dormitorio para alertar sobre situaciones de emergencia. Si el servicio comprende también seguimiento a través de videoconferencia, es probable que sea necesaria la instalación de aparatos especiales para mantener videoconferencias o bien un ordenador. Estos requisitos dependerán de la empresa con la que se contrate la asistencia y si incluyen gastos adicionales deberá ser negociado con la misma en el momento de la contratación del servicio.
Además del medallón o pulsera para contactar con los operadores de la centralita, el servicio de teleasistencia ha desarrollado desde que se implementara otros métodos para asistir al mayor que vive solo en casa. El servicio básico de comunicación puede ser complementado con otros servicios que suponen un seguimiento más pormenorizado del usuario. Para ello, el desarrollo de nuevas tecnologías ha sido determinante en la implementación y comercialización de los dispositivos de seguimiento con los que cuenta este tipo de servicio hoy en día. Entre estos medios, el servicio de teleasistencia domiciliaria puede contar con:
- Detectores de gas o humo para avisar de posibles accidentes domésticos
- Sensores de apertura de microondas y frigoríficos
- Sensores de ocupación de cama o sillón para alertar en caso de que la persona permanezca demasiado tiempo en el mismo lugar
- Dispensadores de medicación
- Equipos de deficiencias auditivas
- Detectores de caídas
- Telealarma
- Videoconferencia
- Recordatorio
- Teleseguimiento
Este servicio puede ser público o privado. En el caso del sector privado, el coste mensual depende de la oferta que cada compañía disponga para su servicio.
En el caso del servicio público, la Ley de la Dependencia incluye la teleasistencia en el catálogo de servicios del SAAD y establece subvenciones para este servicio, para el que se ha declarado el copago desde los últimos meses del año 2013. Así pues, la teleasistencia domiciliaria es gratuita para usuarios con rentas muy bajas. En el resto de los casos, depende de los ingresos del usuario, según la Renta Mensual Per Cápita. El coste va desde los 3 a los 12 euros al mes. Para acceder a este servicio subvencionado, es necesario solicitarlo a los Servicios Sociales de la zona en la que resida el usuario y cumplir una serie de requisitos que están regulados por la Comunidad Autónoma correspondiente. Generalmente es necesario acreditar que la persona es dependiente, tiene algún grado de discapacidad o es una persona mayor de 65 años y que reside en una zona perteneciente a la Comunidad Autónoma en la que se está solicitando dicho servicio.
Ya que el servicio de teleasistencia domiciliaria está recogido en la Ley de Dependencia, la provisión básica de servicios está estipulado por ley. De esta forma, el servicio básico será el mismo con independencia de la Comunidad Autónoma en la que resida el usuario. Con este servicio básico nos referimos aquí a la comunicación con centralita de operadores a través de un aparato que el usuario porta (medallón, pulsera o similar).
Para solicitar este servicio es necesario dirigirse a los servicios sociales del ayuntamiento en la localidad en la que resida la persona que necesita este servicio. En algunas ciudades o CC.AA. el servicio es prestado por una organización que trabaja exclusivamente para la administración pública aunque hay otros lugares en los que existe un acuerdo o convenio con una empresa privada que provee estos servicios en la zona. En cualquiera de estos casos, deben garantizar que la teleasistencia se presta de forma eficiente.
La Ley de Dependencia, aprobada en diciembre de 2006, establece los derechos de las personas que se encuentran en situación de dependencia y sienta las bases para el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia.
El Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia ha sido creado en el marco de la Ley de Dependencia, con el fin de garantizar el cuidado de las personas en situación de dependencia en España. Se establece así la participación de las Administraciones Públicas en los servicios que están relacionados con la protección de las personas en situación de dependencia.
Dispositivo que la persona porta y a través del cual se puede poner en contacto pulsando un botón con una centralita, a la que está conectado para recibir servicios de teleasistencia.
Es el resultado de sumar los ingresos anuales de todos los miembros de la familia y dividirlos entre los miembros computables de la familia. En el caso de personas que viven solas se dividen los ingresos por 1,5.